La imprenta fue, según los expertos, la línea divisoria entre la sociedad antigua y la moderna, ya que posibilitó por primera vez la comunicación en masa, hecho que originó un profundo cambio en el modelo de intercambio de información.
Seis siglos después, disponemos de muchos y diversos medios de comunicación. Existe en este proceso, sin embargo, una característica que llama la atención: el tiempo transcurrido entre la invención y la utilidad masiva de los medios se ha reducido drásticamente con los años: hicieron falta seis siglos para llegar desde la imprenta al ordenador, unas décadas para la invención de Internet, y solo unos pocos años para la universalización de los Smartphone.
La Justicia precisa de medidas para hacer frente a la era digital
Actualmente los medios de comunicación evolucionan a una velocidad vertiginosa, y maneras de comunicación que antes eran inimaginables se han convertido en habituales para toda la ciudadanía: hablar por teléfono a cualquier hora y desde cualquier lugar, compartir noticias en las redes sociales o almacenar los datos de nuestra empresa en la red y compartirlos con personas que están en el otro extremo del planeta, entre otras.
Pero esa diversidad también esconde nuevos riesgos, y delitos como el chantaje, la estafa y el robo digital se han convertido en algo habitual. Por ejemplo, en los dos últimos años se ha incrementado en un 40% el número de estafas realizadas por internet en la Comunidad Autónoma Vasca. Según datos de la Ertzaintza, en el 2012 se registraron 2.561 denuncias por estafa, y en 2013 fueron 3.592, y se prevé que el número de denuncias vaya en aumento en los próximos años. Los expertos en Justicia opinan que la labor de legislar y juzgar ese tipo de delitos, conocidos como informáticos, es bastante complicada; y que es una carrera en la que Justicia va un paso por detrás.
¿Qué es un delito informático
Ante esa situación, el primer objetivo de la Justicia fue definir ese tipo de delito. Para ello, en 2007 la Fiscalía General del Estado especificó cuáles serían los hechos que investigarían los Fiscales de Delitos Informáticos:
Delitos en los que el objetivo o el medio de comisión es un ordenador.
Delitos ordinarios, pero que se cometen a través de un ordenador; por ejemplo, las amenazas que pueda enviar un maltratador a su víctima a través de una red social.
Asimismo, los fiscales también investigan los delitos comunes que tienen cierta complejidad informática y en los que se puede requerir conocimientos especiales.
La Fiscalía Superior también creó una estructura dirigida a combatir ese tipo de delitos: el Servicio de Criminalidad Informática. Para entonces, los diferentes cuerpos de policía ya albergaban sus propias unidades relacionadas con la delincuencia informática. Actualmente la Ertzaintza tiene la “Sección de Delitos en Tecnologías de la Información” (1998), la Guardia Civil el “Grupo de Delitos Telemáticos”, y la Policía Nacional la “Brigada de Investigación Tecnológica”.
Cada “Delito informático” puede encerrar varios delitos
Legalmente, el Delito Informático no existe con ese nombre; así, tras cada asunto investigado por los Fiscales de Delitos Informáticos, pueden existir varios delitos.
Imaginemos que una empresa tiene un pequeño servidor al que se conectan los portátiles de sus empleados: comerciales y demás. Un día llegan por la mañana, activan el servidor y se encuentran un mensaje en ruso y en ingles, que dice lo siguiente: “Vuestro ordenador ha sido afectado por un virus que ha cifrado todos vuestros datos y documentos. No vais a poder acceder a ellos, no intentéis desprotegerlos porque será peor. Si queréis tomar el control de vuestro ordenador tenéis que mandar 4.000 dólares a esta cuenta del Banco Liberty Research” (era un Banco virtual que sólo existía en una web de Costa Rica; actualmente está cerrado).
Ante esta situación, la empresa pone una denuncia y comienza la investigación. Al principio, el caso está bastante claro para los investigadores: Es un delito de extorsión -están pidiendo dinero a cambio de no causar un daño-. Pero los investigadores continúan con las pesquisas y llegan a la siguiente conclusión: por un lado, lo primero que ha sucedido es un ataque previo; aprovechando un error en el sistema de seguridad del servidor, los delincuentes se han colado en el mismo, y una vez allí, han implantado un virus. Después, ese virus ha cifrado el contenido, ha puesto el mensaje de extorsión, y seguidamente el intruso ha borrado todo rastro de su ataque y ha desaparecido. Por lo tanto, además del delito de extorsión hay más cosas: existe un delito de intrusión en sistemas informáticos (que está previsto en el artículo 117.9.3 del Código Penal), también hay un delito de daños, porque alteran el contenido del ordenador implantando un virus (artículo 264 del Código Penal) y por último, como consecuencia, está la extorsión. Por lo que los investigadores han determinado que existen tres delitos en vez de uno.
Atrapar y juzgar a tiempo a los delincuentes
Actualmente, el 90% de los delitos que se cometen con medios informáticos son estafas, y el restante 10% se divide en amenazas, coacciones, insultos, acoso sexual, corrupción de menores, revelación y difusión de secretos, extorsión y actos contra la propiedad intelectual.
Jorge Bermúdez, Fiscal Delegado de Delitos Informáticos en Gipuzkoa, opina que con frecuencia resulta muy complicado atrapar a tiempo a los delincuentes informáticos. El origen del problema reside en el desequilibrio que existe entre la velocidad de la comunicación por vía digital y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, ya que los delincuentes sólo precisan de unas pocas horas para secuestrar los datos y perjudicar todo el sistema informático de una empresa, pero el proceso para investigarlos y juzgarlos puede durar más de un año. Por consiguiente, al no poder recuperar los datos en ese espacio de tiempo, la empresa puede tener grandes pérdidas económicas, a la vez que los delincuentes pueden utilizar ese espacio de tiempo para borrar la huella digital y perjudicar de esa manera la investigación criminal.
Nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal
En 2012, el ministro de Justicia español creo el comité de trabajo para la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Se prevé que la nueva Ley esté adaptada a los nuevos tiempos y al cambio de velocidad en la comunicación generado por las nuevas tecnologías. Pero aún, es un anteproyecto.Mientras se tramita, la Justicia tendrá que esforzarse por adaptarse a la distancia que existe entre la comunicación en papel y la era digital.
Delitos informáticos: tras la huella digital - Administración de Justicia en Euskadi
- Quieres conocer el trabajo de un fiscal de delitos informáticos? Lee en JustiziaEus la entrevista a Jorge Bermúdez, Fiscal Delegado de Delitos Informáticos en Gipuzkoa.